Los principales usos que se le han dado al propóleo se vinculan a la capacidad antimicrobiana, cicatrizante y antiinflamatoria.
Pero las propiedades que le reservan un espacio de trascendencia insospechada son la antioxidante, inmunoestímulante y citotóxica.
Un estudio realizado en la Universidad de Oxford, informa que el ácido cinámico y algunos flavonoides desactivan la energía de las membranas citoplasmáticas, inhibiendo su motilidad, haciéndola más vulnerable al ataque del sistema inmunológico y potenciando los antibióticos.
Pese a que la temperatura de la colmena permanece en 34°C favorable para la proliferación de microorganismos, el propóleo permite que permanezca casi estéril, y estos no se vuelven resistentes.
Es el mejor cicatrizante conocido en la naturaleza. Las propiedades epitelizantes y formadoras de colágeno proporcionadas por la galangina explican el amplio uso del propóleos en la curación de heridas, amputaciones, quemaduras, úlceras pépticas y duodenales, verrugas, queratosis, manchas en la piel, etc.
Entre otras características, podemos mencionar lo siguiente:
- Contiene gammaglobulinas y las incrementa.
- Propiedades antitumorales, ya que induce la apoptosis de células cancerosas.
- Fortalece los vasos sanguíneos y mejora la permeabilidad.
- Tiene extraordinarias propiedades antioxidantes.
- Aumenta la formación de anticuerpos.
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